Sunday, March 24, 2013

Two poems by Rosario Castellanos (Mexico, 1925, Israel, 1974), my translation / Dos poemas de RC

 
The Everyday

There is no sky for love, my love, only this day;
this sad hair that falls when you comb it
in front of the mirror.
Those long tunnels crossed while
panting, suffocating,
walls without eyes,
the hollow that resonates with a
hidden, senseless voice.
There is no respite for love, my love. Night
does not become suddenly breathable.
And when a star breaks its chains
and you see it zigzag, mad, and vanish,
the law won't loosen its hooks for that reason.
The meeting happens in the dark. Into the kiss blends
the taste of tears.
And in the hug you cling to the
memory of that helplessness, that death.

From Lívida luz, UNAM, Mexico


Exile

We spoke the language of the
gods but our silence was also the
silence of rocks.
We were the love embrace
joining earth and sky.

No, we were not alone.
We knew each other's lineage
and everyone's name.
Oh, and we would meet just as the many branches of the
kapok tree meet in the trunk.

It wasn't like now
when we resemble windblown clouds
or scattered leaves.
Then we were close, huddled, together.
It wasn't like now.

From Poesía no eres tú, Fondo de cultura económica

Two anthologies of her poetry have been published in English:




Lo cotidiano

Para el amor no hay cielo, amor, sólo este día; / este cabello triste que se cae /
cuando te estás peinando ante el espejo. / Esos túneles largos / que se atraviesan con jadeo y asfixia, / las paredes sin ojos, / el hueco que resuena / de alguna voz oculta y sin sentido. / Para el amor no hay tregua, amor. La noche / no se vuelve, de pronto, respirable. / Y cuando un astro rompe sus cadenas /
y lo ves zigzaguear, loco, y perderse, / no por ello la ley suelta sus garfios. /
El encuentro es a oscuras. En el beso se mezcla / el sabor de las lágrimas. / Y en el abrazo ciñes / el recuerdo de aquella orfandad, de aquella muerte.

De Lívida luz, UNAM, México


Destierro

Hablábamos la lengua / de los dioses, pero era también nuestro silencio /
igual al de las piedras. / Éramos el abrazo de amor en que se unían /
el cielo con la tierra. / No, no estábamos solos. / Sabíamos el linaje de cada uno /
y los nombres de todos. / Ay, y nos encontrábamos como las muchas ramas /
de la ceiba se encuentran en el tronco. / No era como ahora / que parecemos aventadas nubes / o dispersadas hojas. / Estábamos entonces cerca, apretados, juntos. / No era como ahora.

De Poesía no eres tú, Fondo de cultura económica
 

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